La convivencia social de la especie humana y los conjuntos que la componen es facilitada y hecha posible por el ejercicio permanente de lo que comúnmente denominamos “política”, entendiendo ésta como como el ejercicio organizado y normativizado del poder social, así como su búsqueda, su preservación y la organización de las fuerzas del conjunto social.
La antropología política es un producto del mundo colonial europeo, aunque con antecedentes en tiempos anteriores. El colonialismo europeo pronto demandó el desarrollo de un conocimiento especializado sobre los usos particulares de la política entre pueblos sin Estado o con instituciones políticas incipientes o diferentes de las occidentales.
En México contamos con una muy importante tradición en el estudio de las instituciones políticas de los pueblos y etnias indígenas y campesinos. Pero sin duda fue durante el florecimiento del indigenismo y de los estudios campesinos que la Antropología política cobra una presencia creciente en la tradición etnológica de este país. Hoy día, con la emergencia de los movimientos indígenas y de otros grupos sojuzgados esta disciplina cobra una pertinencia e importancia crecientes para el mejor entendimiento de la política en el país y sus regiones.
